CC.
SECRETARIOS DE LA MESA DIRECTIVA
DEL
HONORABLE CONGRESO DEL ESTADO
LIBRE Y
SOBERANO DE PUEBLA
P R E S E N
T E S.
El
suscrito Diputado José Lauro Sánchez López, integrante del Grupo Parlamentario del Partido
Revolucionario Institucional, de esta Quincuagésima Octava Legislatura Local,
con las facultades que me conceden los artículos 63 fracción II, 64 de la Constitución Política
del Estado Libre y Soberano de Puebla, 17 fracción XI y 69 fracción II de la Ley Orgánica del
Poder Legislativo del Estado de Puebla, 93 fracción VI y 128 del Reglamento
Interior del Honorable Congreso del Estado de Puebla, me permito someter a consideración de
esta Soberanía un Punto de Acuerdo de conformidad con lo siguiente; y
C O N S I D E R A N D O
Que
en 1986, las necesidades de planeación y desarrollo económico y social de
nuestro estado llevaron al Gobierno de aquella época a plantear una división
del territorio estatal, dando como resultado la conformación de siete regiones
socioeconómicas.
Quienes
realizaron el trabajo mediante un esfuerzo loable, emplearon los escasos
recursos metodológicos, informativos e informáticos de la época, una tipología
elemental basada en factores muy agregados de orden geográfico, étnico,
cultural y de una incipiente red de comunicaciones y transportes terrestres que
vinculaba el territorio.
El
resultado de este esfuerzo sin precedente fue una regionalización muy extensa y
diversa en su integración: territorial, demográfica y productiva.
Una regionalización sin una relación
orgánica con la Ley
de Planeación para el Desarrollo del Estado de Puebla, y sin una Ley específica
que ordenara y orientara los esfuerzos gubernamentales, privados y sociales
hacia el desarrollo de cada una de las siete regiones.
Por
otro lado, el demandante crecimiento de las zonas urbanas, principalmente de la
ciudad de Puebla y su zona conurbada, empezaba a concentrar atención y recursos
con grandes obras como la
Central de Abasto, la Central de Autobuses, el Circuito Interior, entre
otras, que atraía corrientes migratorias e inversiones, marcando un
desequilibrio abismal en el desarrollo regional del Estado.
A
esto debemos que hoy el 70% de la población se concentre en tan sólo 13
municipios de la región 2 del Estado, mismos que representan la zona conurbada
de la ciudad capital.
Esto
también explica por qué el 85% del Producto Interno Bruto del Estado se genera
en la misma región 2 denominada “Angelópolis” o zona metropolitana de la ciudad
de Puebla.
Este
contrastante desequilibrio en el desarrollo de las regiones de Puebla es
producto de inercias políticas y administrativas centralistas y de la
inoperatividad de la planeación en la promoción del desarrollo económico y
social.
Es
producto de la inexistencia de una legislación específica que redistribuya los
recursos públicos de una manera eficiente, proporcional y eficaz.
De
aquí la dispersión demográfica, la pobreza y la marginación que vive una
tercera parte de la población estatal, y los movimientos migratorios del
interior del Estado hacia Puebla capital, a otras ciudades del país y desde
luego al extranjero.
Pero
lo delicado del asunto no termina únicamente en esto, toda vez que por la falta
de prácticas productivas planeadas, con tecnología eficiente y sustentable,
nuestro Estado ha propiciado la sobreexplotación de sus recursos naturales,
ocasionando daños ambientales y, por lo tanto, afectación en el tejido
productivo.
Estos
daños ambientales que originan la deforestación y la erosión de suelos, son la
razón principal de que hoy Puebla ya no logre producir la cantidad y diversidad
de alimentos que demanda su creciente población, pues a pesar de vivir en una
zona metropolitana, la gran mayoría no encuentra un nivel de vida congruente
con sus aspiraciones, por la falta de producción de riqueza y mecanismos
legítimos de distribución del ingreso.
A
esta inoperancia de la regionalización como herramienta para la planeación se
debe también que la mayoría de las dependencias del ejecutivo del Estado, así
como el gobierno federal a través de sus delegaciones, haciendo caso omiso de
la regionalización socioeconómica de 1986, se hayan visto en la necesidad de
impulsar regionalizaciones propias para desarrollar sus programas sociales y de
fomento, tales son los casos de: la Secretaría de Desarrollo Rural, la de Servicios
de Salud Pública, la
Secretaría de Educación Pública, entre otras.
Esto
nos ha llevado a una planeación regional ineficaz, y a una evidente dispersión
de esfuerzos y recursos, que hoy se reflejan en magros indicadores de
crecimiento económico y desarrollo humano.
Pero
esta situación debe convocarnos a plantear la necesidad de aprovechar la
presente coyuntura de reformas, de renovación y reorganización de los Poderes
Legislativo y Ejecutivo, para plantear una nueva regionalización de nuestro
Estado.
Una
nueva regionalización que mediante una mejor organización social, política y
económica, nos conduzca a la unidad de esfuerzos públicos, privados y sociales
que permitan controlar y revertir los desequilibrios y el deterioro ambiental,
para que mediante adecuados ejercicios de planeación y focalización
regionalizable de programas e inversiones gubernamentales podamos motivar
nuevos procesos productivos sustentables y con un uso eficiente y
aprovechamiento racional de los recursos naturales.
Procesos
productivos compatibles con las características del territorio, con base en
vocaciones productivas y cadenas de valor de cada una de las regiones, a fin de
restaurar el tejido productivo con esquemas rentables para los productores y
conservando la habitabilidad del territorio.
Se
trata de impulsar una estrategia de regionalización, planeación y desarrollo
regional para encauzar a nuestra entidad federativa por una vía de crecimiento
económico y desarrollo social multirregional con sustentabilidad, debiendo considerar
la actualización del marco legal vigente que garantice estas acciones y lograr
el objetivo.
En
respuesta a esta insoslayable realidad que vivimos como sociedad en nuestra
entidad federativa, en términos de lo expuesto y fundado tengo a bien someter a
consideración de esta Soberanía el siguiente
P
U N T O D E A C U E R D O
PRIMERO.-
Que en un ejercicio de diálogo institucional entre el Poder Legislativo y
Ejecutivo, convoquemos a una Alianza Política y Social por el Crecimiento
Económico del Estado.
Un
acuerdo que se materialice en la firma de un convenio que permita impulsar
conjuntamente la creación de una nueva regionalización del Estado, la
elaboración de una nueva Ley de Planeación y la creación de una Ley de
Desarrollo Regional, considerando que este marco normativo es imprescindible
para enfrentar los retos económicos y sociales de Puebla.
SEGUNDO.-
Que este convenio tenga como propósito la integración de un consorcio de
instituciones públicas federales, estatales, del sector académico, científico y
social, liderado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI), para que desarrollen la metodología y realicen el estudio
que dé como resultado la propuesta de una nueva regionalización para el Estado.
TERCERO.-
Que en tanto el consorcio de instituciones elabora la metodología y realiza el
estudio, las comisiones competentes del Poder Legislativo, una representación
correspondiente del Poder Ejecutivo, el Colegio de Economistas del Estado y
otros interesados, lleven a cabo la realización de una consulta pública, a
efecto de elaborar la nueva Ley de Planeación para el Crecimiento Económico del
Estado, así como la elaboración de la
Ley para el Desarrollo Regional del Estado de Puebla.
Mientras
tanto, y para iniciar los trabajos, el que suscribe entrega en este acto un
proyecto de Ley de Planeación y otro proyecto de Ley de Desarrollo Regional,
que como material de trabajo deberán ser revisadas, enriquecidas o complementadas.
CUARTO.-
Que la Ley de
Planeación para el Crecimiento Económico del Estado, y la Ley para el Desarrollo
Regional del Estado de Puebla, deberán guardar congruencia con la nueva
regionalización y armonía plena con las leyes en materia de Contabilidad
Gubernamental, de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, la Ley de Desarrollo Social, la Ley de Desarrollo Económico
del Estado, la Ley
de Desarrollo Rural y la Ley
de Ciencia y Tecnología del Estado.
QUINTO.-
Que una vez concluidas y consensuadas las propuestas de la nueva
regionalización del Estado, la Ley
de Planeación para el Crecimiento Económico del Estado, la Ley para el Desarrollo
Regional del Estado de Puebla y la armonización con las antes mencionadas,
deberán ser sometidas a esta Soberanía para el trámite correspondiente.
A T E N T A M E N T E
Heroica Puebla de Zaragoza, a 07 de marzo de 2011
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