Por
fin, creo que en México ya estamos empleando la política para sentarnos a
reflexionar colectivamente, y darnos cuenta que si continuamos haciendo
únicamente política electoral, la economía del país continuará empeorando, y
con ella la situación socioeconómica de todos los mexicanos.
Creo
que ya estamos comprendiendo que la política es muy importante, pero la
sociedad come, viste, vive en sus hogares y hace vida cotidiana cuando tiene
una actividad económica productiva, por tanto es fundamental que el gobierno y
la sociedad le prestemos mayor atención a la economía, donde todos exijamos y nos
exijamos ser parte de la solución y no del problema, para que en nuestro país
se configure un modelo económico, que realmente nos permita aspirar a construir
juntos un mejor futuro para todos.
Hace
algunos meses, después de que fueron anunciadas por el Presidente de la República
las reformas transformadoras, y aprobadas por el Constituyente Permanente,
sobrevino en el país un manto de duda, escepticismo, incertidumbre y nerviosismo
económico y social, respecto a la necesidad real y la orientación de las
reformas.
Así
transcurrieron los últimos tres meses del 2013 y lo que vamos del 2014, sin
embargo, hoy empezamos a ver indicios de que las cosas están empezando a
cambiar para bien, pues después de las acaloradas discusiones que presenciamos
en las cámaras legislativas, en los partidos políticos y foros sociales
cotidianos, hoy hasta los más escépticos empiezan a modificar su opinión, y a
ver que la aprobación de las reformas está generado un relajamiento positivo en
nuestra tensionada vida social y política. Los sectores productivos, analistas
económicos y académicos, están viendo que lejos del camino hacia un desastre económico
nacional, el país está tomando un rumbo hacia el crecimiento económico y el
bienestar social, y aún falta mucho por hacer en términos legislativos y
operativos para que los resultados lleguen al bolsillo de la sociedad.
Por
eso es muy importante que ayer se haya firmado el llamado “Acuerdo de Certidumbre Tributaria”, porque es un elemento que se
agrega a la estabilización económica y la certidumbre política del país. Sé que
hay quienes ven el acuerdo con recelo porque no fueron consultados previamente,
o porque no fueron incluidos en la firma del documento, por eso han considerado
el hecho como un acto unilateral del gobierno y, efectivamente, lo es.
Sin
embargo, tenemos que puntualizar que se trata de un Acuerdo gubernamental, no es un pacto social, precisamente
porque después de que las reformas fueron aprobadas, es el gobierno el que tiene
que dar certidumbre a la inversión privada y a la sociedad laboral.
El
acuerdo viene siendo una ratificación de cuando menos ocho compromisos
gubernamentales que precisan, clarifican y dan certidumbre a la actuación
futura del gobierno federal en una materia muy sensible para la sociedad: el
pago de las contribuciones fiscales, que no es otra cosa que el dinero que
aportan los ciudadanos para que trabaje el gobierno en beneficios de todos.
En
conclusión, creo que la firma del acuerdo resulta altamente positiva para la
economía de los mexicanos, garantiza estabilidad y certidumbre para las inversiones
nacionales y extranjeras, así como en el poder adquisitivo de todos los
mexicanos, dos factores fundamentales para poder planear nuestro futuro al
menos en el corto plazo.
Hago
votos porque después de este lapso, prevalezcan y se fortalezcan las
condiciones para que podamos planear nuestras actividades económicas y sociales
en el mediano y largo plazo.