HACIA UNA NUEVA
GENERACIÓN DE
PRODUCTORES
AGROPECUARIOS
J. Lauro Sánchez
López
Puebla, Pue., a 11 de mayo de 2012
CONTENIDO
Presentación
I. Diagnóstico General
II. Marco Institucional vigente
a) Por una reingeniería institucional
III. Hacia una Política Económica Sectorial
a) Líneas de acción para producción de autoconsumo
b) Líneas de acción para productores comerciales
IV. El Minifundio y la Reconversión Productiva
V. Ciencia y Tecnología Aplicada
VI. Financiamiento para el Desarrollo
Presentación
Una economía está conformada por tres sectores: el
agropecuario, el industrial y el de servicios, los tres son fundamentales para
el desarrollo sano, equilibrado y estable de una economía, si alguno no se
desarrolló al ritmo que se mueven los demás, se rompe el equilibrio y termina
por afectar el crecimiento de la economía en general, justamente lo que ha sucedido en México.
El documento que presentamos a continuación trata de
reflejar la situación socioeconómica del sector agropecuario nacional, partiendo
de un diagnóstico general, buscamos
reunir elementos que se orienten a la presentación de algunas estrategias y
líneas de acción, que impulsen los cambios que el sector agropecuario necesita para
responder a los tiempos y retos socioeconómicos que enfrenta la población
nacional.
I. Diagnóstico
General
Abundan los datos institucionales para realizar un
diagnóstico del sector agropecuario nacional, hay autores de libros dedicados a describir esta
situación, pero creo que pasamos por un
momento oportuno para transitar del análisis a la propuesta, por eso referimos
algunos datos como marco general.
En el campo mexicano vive casi una tercera parte de la
población y genera únicamente el 4 por ciento del Producto Interno Bruto del
país.
La OCDE considera que un país debe producir cuando
menos el 75 por ciento de lo que consume, nuestro país escasamente produce el
53 por ciento, el déficit general productivo sobrepasa el 22 por ciento, una
situación sumamente delicada para la economía nacional.
Según la FAO, en el 2011 México fue el país donde más
disminuyó la producción de alimentos, se ubicó únicamente por arriba de algunos
países africanos.
Actualmente importamos casi el 100 por ciento de los
forrajes y alimentos para el ganado.
El sector primario de nuestra economía está enfocado a
la producción de variedades agropecuarias de muy bajo valor económico y con
prácticas que atentan contra los recursos naturales y el medio ambiente.
Es necesario buscar la solución a una situación que se
agrava cada día, aprovechando la información y los recursos científicos y
tecnológicos para estudiar y revertir
esta situación.
II.- El Marco
Institucional Vigente
a) Por una Reingeniería Institucional
Diagnóstico:
Recordemos que las potencias que participaron en la Segunda
Guerra Mundial descuidaron sus sectores productivos y se convirtieron en
importadores de alimentos, el sector agropecuario mexicano fue uno de los
beneficiarios y gracias a esta circunstancia, para los sesenta había conformado
un modelo sustitutivo de importaciones, las instituciones sectoriales creadas
por el Estado Mexicano fueron las idóneas para ese momento.
No obstante, al finalizar la guerra vino la
recuperación de los países participantes, se puso en marcha un nuevo modelo
económico neoliberal, que sugería abrir
las economías a un mercado mundial regido por la eficiencia productiva y la
competencia global. México no cambió ni adecuó su modelo hasta que la
competencia nos desplazó llevándonos al margen del modelo económico vigente.
Las dependencias gubernamentales han cambiado de
nombre, han modificado sus programas, han implementado acciones para responder
a ciertas demandas, y sobrerregularon el acceso a sus programas y recursos, sin llevar a cabo una reingeniería
para enfrentar las necesidades que tiene el sector agropecuario de adaptarse a
la nueva realidad económica mundial.
Líneas de Acción:
·
Creación del Consejo
Nacional Agropecuario
· Elaboración de un
plan sectorial por: segmento productivo, vocaciones productivas regionales,
cadenas de valor y oportunidades de mercado.
· Impulso a la
modificación del marco normativo de la SAGARPA, dándole tareas vinculantes para:
el estudio del territorio, identificación de cadenas productivas, fomento a la
integración de unidades productivas, integración de agro-parques y diseño de
mecanismos de comercialización.
· Facultar a la
SAGARPA como dependencia rectora que deberá aportar criterios para la
elaboración de programas sectoriales regionales, estatales y municipales.
·
Impulsar la mejora regulatoria en la operación y
acceso a los recursos y programas de la SAGARPA.
·
Impulso al extensionismo rural para garantizar el éxito
de los programas de fomento.
· Impulsar el
extensionismo rural mediante técnicos especializados en desarrollo de cadenas
productivas.
·
Impulsar la
transformación de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) e impulsar la
creación de la Secretaría del Agua.
· Otorgar a la
Secretaria del Agua un perfil rector normativo vinculante y ejecutivo en
políticas públicas de uso, tratamiento y reutilización de agua.
· Construcción
estratégica de grandes obras de almacenamiento de agua vinculadas al desarrollo
de corredores agroindustriales.
· Impulsar un extenso
programa de fomento a la construcción de sistemas meso regionales, micro
regionales y locales, mediante la
construcción de medianas y pequeñas obras de retención y cosecha de agua.
· Remplazo paulatino
de los sistemas de riego rodado y aspersión por sistemas de uso eficiente del
agua.
·
Creación de la
Secretaría de Pesca y Acuacultura.
· Fomento a la cría de
especies piscícolas en cuerpos naturales y obras de retención de agua.
· Consolidación de los
programas de mejoramiento genético del ganado ovino, bovino, caprino, porcino,
caballar y otros.
· Implementación de un
programa de reemplazo a la ganadería extensiva en zonas eco sistemáticamente
deprimidas mediante la tecnificación de la misma.
· Impulsar un programa
de apoyo a los productores pecuarios para la capitalización de unidades
productivas comerciales.
· Implementar un
programa de apoyo para la conversión de rastros municipales y mataderos
particulares en rastros tipo inspección federal.
· Diseñar una política
de apoyo a la inversión privada para la construcción de centros
industrializadores de productos cárnicos para el mercado nacional y externo.
·
Fortalecimiento de
los Comités Estatales de Sanidad Animal y Vegetal.
III. Hacia una
Política Económica Sectorial
Diagnóstico
En el siglo pasado vivimos en México un auge importante
en la organización de los productores agropecuarios con fines políticos, esto
propició una cultura de participación basada en la demanda de recursos y apoyos
en especie, los productores no tuvieron incentivos para orientar sus sistemas
productivos hacia la eficiencia y productividad competitiva, y las
instituciones gubernamentales se conformaron con tener estabilidad en el sector
sin buscar fines productivos.
Hoy es necesario corregir este error histórico y plantearnos
un trabajo con rigor administrativo, que nos permita plantear una política
económica orientada a la productividad del sector, que trate diferenciadamente
a los productores de autoconsumo y a productores comerciales, definiendo para
cada uno el programa y apoyos específicos pertinentes.
a) Líneas de Acción para Producción de Autoconsumo
·
Organización social para
la capacitación en mejores prácticas productivas.
·
Impulsar un programa
social de siembra con semillas mejoradas.
·
Tecnificación de parcelas,
huertos, solares y traspatios.
·
Impulso a la diversificación
de la producción en baja escala con propósitos de seguridad alimentaria.
· Impulso al manejo de
técnicas de retención, cosecha, almacenamiento, uso y reutilización de agua.
· Implementar un programa
social de adquisición de herramientas y maquinaria eficiente.
· Promover un programa
de asesoría para la compra consolidada de insumos.
b) Líneas de Acción para productores comerciales
· Llevar a cabo un
estudio del territorio nacional por meso regiones, entidades federativas y
municipios, para identificar vocaciones productivas susceptibles de traducirse en
cadenas de valor.
· Sustituir la política
de desarrollo agropecuario general por una política económica que desarrolle
las vocaciones productivas y cadenas de valor.
·
Fomentar la
organización de los productores en cada vocación para alentar la asociación en torno
a unidades productivas.
·
Impulsar la capacitación
de productores en función de las necesidades de cada unidad productiva.
·
Integrar células administrativas
por unidad productiva.
·
Impulso a las
unidades productivas con las herramientas institucionales de financiamiento y
capitalización.
·
Vinculación de las
unidades productivas en cadenas de valor.
·
Integración de las
cadenas de valor en agro-parques.
· Promover la
inversión privada en procesos de transformación y comercialización.
IV.- El Minifundio
y la Reconversión Productiva
Diagnóstico
En el último cuarto de siglo vivimos una fuerte
depresión productiva de la forma social de tenencia de la tierra conocido como
minifundio o ejido, cuyo promedio de propiedad apenas llega al 1.7 hectáreas
por ejidatario, lo que ha vuelto incosteable la capitalización mediante la incorporación
de sistemas tecnológicos de productividad eficiente.
Por otra parte, se ha dicho que lejos de disminuir, el
minifundio se ha incrementado al dividirse las parcelas de ejidatarios de la
primera generación entre los hijos que están adquiriendo derechos, un paradigma
que debemos superar mediante distintos mecanismos que resuelvan esta situación.
Líneas de Acción
· Impulsar las modificaciones
necesarias al artículo 27 constitucional para adecuarlo a las necesidades de asociación
y capitalización del ejido mexicano.
· Fomentar el
asociacionismo ejidal para consolidar unidades productivas tecnificables y rentables.
· Impulsar la reconversión
de la agricultura minifundista a cielo abierto por agricultura controlada en invernaderos
tecnificados, sistemas de acolchado y otros.
· Impulsar la construcción
de centros de acopio tecnificados para la consolidación de volúmenes de venta y
trasformación.
· Fomentar la organización
y agricultura por contrato con base en el minifundio.
V.- Ciencia y
Tecnología Aplicada
Diagnóstico
Ha sido una realidad evidente que la actividad científica
y tecnológica están separadas de los problemas y necesidades de la economía agrícola,
la amplia y rica gama de investigadores con que cuenta el país, en escasa
medida han vinculado sus actividades científicas con el problema cotidiano del
productor agropecuario o industrial de productos agropecuarios y derivados, por
eso es de la mayor importancia trabajar en la conectividad de estas dos áreas
estratégicas.
Líneas de Acción
· Impulsar la
investigación biotecnológica para mejorar la adaptabilidad de nuestras especies
agropecuarias al cambio climático.
· Impulsar en los
centros de educación superior la especialización en investigación aplicada a
problemas o productos agropecuarios específicos.
· Propiciar que cada
centro de educación superior o centro de investigación, se vincule a una o
varias unidades productivas para integrar las cadenas de valor.
· Impulsar ante los
centros de educación superior la formación profesional de Técnico en Desarrollo
de Vocaciones Productivas y Cadenas de Valor.
·
Fomentar la
industrialización in situ de
productos agropecuarios.
VI.
Financiamiento para el Desarrollo
Diagnóstico
Durante la década de los sesenta y setenta los
productores agropecuarios contaban con opciones financieras de apoyo a la capitalización:
el BANRURAL, instituciones o programas contra siniestros o pérdidas en la
agricultura y ganadería como la Aseguradora Nacional Agrícola y Ganadera
(ANAGSA), no obstante diferentes
problemas sociales y financieros los llevaron a una sobrerregulación y
disminuyeron sus posibilidades de apoyo, sin embargo, es primordial rediseñar mecanismos
esenciales para capitalizar al sector.
Líneas de Acción
·
Impulsar el rediseño
y fortalecimiento de la Banca de Desarrollo.
· Alentar la
diversificación de líneas de financiamiento a las unidades productivas
agropecuarias certificadas.
· Mayor promoción a los
programas de financiamiento gubernamental complementario.
·
Promover programas
sociales y privados de asesoría financiera.
· Proponer la
obligatoriedad del concepto rendición de cuentas en los programas de
financiamiento público y privado.
·
Impulsar la normatividad y rediseño de la política
financiera contra riesgos productivos agropecuarios.
·
Apoyar la
capitalización y productividad competitiva mediante la promoción de un régimen
fiscal “cero” para las actividades agropecuarias.